Un fuerte y desagradable rumor corre en la capital: que el gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, sufre un agresivo cáncer de páncreas e hÃgado. Las informaciones extraoficiales provienen de funcionarios dentro del primer cÃrculo del mandatario estatal y sugieren la posibilidad real de que presente su renuncia al cargo.
Ãlvaro Cepeda, en ContralÃnea, reporta que los médicos atienden al gobernador dos veces por semana «a realizarle las diálisis» tanto en su despacho como en su domicilio. Cita a un colaborador muy cercano que ha dicho que a Padrés «se le ve hasta triste» por la enfermedad.
Gerardo Godoy, en Dossier PolÃtico, señala que cuando los diputados locales le preguntaron a Jorge Morales, director de Comunicación Social, sobre el estado fÃsico del gobernador, «este se sintió incómodo porque el tema, aunque latente, sólo se habÃa manejado en voz baja».
La situación podrÃa ser potencialmente grave para la vida polÃtica de la entidad, pues la Constitución local dispone que si el gobernador renunciara dentro de los dos primeros años de su administración, el Congreso (bajo control de la oposición) designarÃa a un gobernador interino que convocarÃa a elecciones extraordinarias.
Ojalá que los rumores sean falsos, pero el hecho de que la administración estatal no haya salido a desmentirlos categóricamente da más elementos para suponer que algo se le está ocultando a la ciudadanÃa con la finalidad de no proyectar la imagen de un gobernador débil. Si en verdad Padrés se encuentra bien, serÃa tan sencillo como desmentirlo para despejar cualquier duda, porque finalmente los sonorenses tienen el derecho a saber si el Ejecutivo goza de buena salud.
http://sdpnoticias.com/sdp/columna/erich-moncada/2010/11/18/1160929